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Sabia que no iban a encontrarme, y con la oscuridad decidí seguir caminando. El frió era mas de lo que podía soportar pero la desesperación era mas fuerte que yo, y no imaginaba otra opción para esa noche, caminar o caminar. Dos días habían pasado desde que olvidaron mi cumpleaños, nadie, solo mi mascota parecía recordarlo. Escape de casa, mis amigos ya no llamaban ni me buscaban por ahí. Tuve la impresión de ver a lo lejos una leve luz. Mi sentido del olfato no fallaba, el olor de trapos quemados era inigualable, y también esencial para calentar las manos de algunos vagabundos que vivían cerca de ese lugar. El frió comenzaba a parecer mas helado cada vez, cuando reconocí que los pequeños puntos blancos que veía caer no era producto de mi imaginación sino copos de nieve. Mas blancos que los que nunca había visto. Tal vez mas blancos y brillantes que el vestido de casamiento de mi prima. Estos rozaban suavemente contra mi piel, congelándola poco a poco, mis oídos a los cual ya no sentía ni podía reconocer escucharon un ruido, el último que en mi vida iba a escuchar. Y de pronto la pequeña luz blanca y brillante se acerco, sentía que me abrazaba y todo comenzó a cambiar. Ya no tenía frió y podía escuchar con claridad mi canción de piano favorita. Sentí que alguien me había tomado de la mano y que me invitaba a bailar. Aunque no podía ver, por la brillante luz, podía sentir su calor, y sabía que conocía a esa persona. Estaba segura allí, no tenía miedo como solía tenerlo en el anden. La canción llegaba al final y la luz descendía lentamente mostrándome a la persona que me había invitado a bailar tan hermosa canción. Por culpa de una larga y muy suave capa negra no podía diferenciar su cara,lo único que podía notar era que tenia puesto un traje muy elegante. Mire alrededor para reconocer el lugar y note que estábamos en un salón grande, no lo conocía pero era realmente hermoso, con un estilo antiguo, repleto de comida y espectadores que al parecer estaban mirándome. Yo vestía un hermoso vestido color amarillo, en cierta manera me sentía una princesa y la gente parecía conocerme,pero todos tenían máscaras. Conocía sus ojos, sabia que ojos me estaban mirando, era imposible porque el había muerto ya hacia 3 años. Pero no podía creerlo porque si era la persona que yo pensaba que era eso significaba que yo estaba.. yo.. muerta. Y al sacarse la máscara confirme mi estado. Mi alma no soportaba mas el dolor de estar sola y sin notarlo fallecí. Sin dolor, pero ya nada importaba porque estaba junto a él. Porque el era mi razón para existir porque sin el mi existencia no tenia sentido, no podía vivir en un mundo donde el no existiera. Mi cuerpo deseaba tanto que estuviera conmigo que así fue. Y sin darme cuenta ... desaparecí.
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